Es muy frecuente encontrar en los escaparates de las zapaterías muchos modelos de ante en diversos estilos y colorido que suelen resultar vistosos y presentan una imagen cálida y confortable además de especial.
Sin embargo hay gente que asocia este material a una imposible conservación y mantenimiento. Probablemente esa mala fama la arrastra el ante de hace mucho tiempo cuando se empleaba piel de antílope (de ahí el nombre de ante) que, efectivamente era un material muy fino y delicado.
Hoy día, la mayoría de los zapatos que vemos en las tiendas son curticiones de piel vacuna y caprina que están más preparadas para soportar las inclemencias del tiempo y del uso normal de un zapato.
.- El ante tiene una textura que lo hace muy especial. Como si fuera una especie de pelillos que albergan polvo. Es fundamental cepillar en seco con un cepillo de la ropa el zapato antes de empezar a limpiarlo.
.- Para limpiarlos, después del cepillado, se puede utilizar toallitas limpiadoras pero teniendo en cuenta que sean de bebé y no de desmaquillaje o de uso normal ya que las de bebe usan jabones neutros menos agresivos para la piel de los niños.
.- Un trapo húmedo y un poco de jabón neutro o jabón de glicerina puede ayudar a quitar algunas manchas.
.- En cualquier establecimiento de reparación de calzado podéis encontrar unos sprays reparadores de ante que aplicados de la forma correcta "rejuvenecen" la piel de unos zapatos de ante usados.
.-Por último, un poco de mimo a la hora de "peinar" el pelo del ante ayudará a que tus zapatos tengan un buen aspecto a pesar de haberlos usado mucho.
Así que no os resistáis a la tentación de unos zapatos de ante pensando en su mantenimiento.
